Sabiduría 12. 13. 16-19 | Romanos 8, 26-27 | Mateo 13, 24-43
Jesús era amigo de parábolas. Sin más, Él mismo comienza el evangelio de este domingo con estas palabras: “Jesús propuso otra parábola a la gente”. No era la primera vez que Jesús comentaba con la gente. Y parece que la gente le seguía (a su modo), aunque nada más fuera como curiosa. Jesús no les reprendió. Es más, enseguida se puso a hablar. La gente estaba atenta, sin duda, aunque no entendiese del todo lo que Jesús les decía. Seguramente entre el gentío habría unas personas más avispadas que otras. Eso es normal. Pero querían oírle hablar. Que no es poco.
JESÚS SE PUSO A HABLAR EN PARÁBOLAS
Y Jesús se puso a hablar. Utiliza la parábola. Y de tal manera que “sin parábolas no los hablaba nada”. ¡Curioso y significativo! Es significativo e invita a conocer “algo” esta forma de comunicar. La parábola no es un cuento. Tiene un sentido distinto (lo hemos tratado ya en otras ocasiones).
“Y JESÚS DEJÓ A LA GENTE Y SE FUE A CASA”
Jesús hablaba a las multitudes, pero reservaba no pocos momentos para estar a solas con los discípulos. En esta ocasión fue así. Y los discípulos habían quedado intrigados con lo que había dicho a la gente. ¡no eran mucho más avispados que la gente normal! ¡Pero el grupo de los llamados discípulos estaban más cercanos a Jesús y tenían confianza con Él!
CURIOSOS O ÁVIDOS DISCÍPULOS
Llegados a casa les faltó tiempo a los “discípulos” para pedirle a Jesús: “Explícanos la parábola de la cizaña en el campo”.
Se ve que esta parábola era la que mejor les iba. El campo, las semillas, los segadores, la cosecha, etc. era lo que mejor les iba, lo entendían -aunque a su modo-. Y Jesús no perdió el tiempo. Y les concedió un buen espacio, que daba lugar para rato. Y Jesús, despaciosamente, les fue abriendo los ojos para que vieran lo que Él quería.
“EL QUE TENGA OÍDOS, QUE OIGA”.
Fueron las últimas palabras de Jesús en esa ocasión. Jesús no perdía el tiempo. No sabemos cómo reaccionaron los discípulos ante este “sermón”. Pero seguramente les impactó.
Para la semana: Dedicaré durante la semana un tiempo a asimilar las parábolas de este Domingo.
