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1 Reyes 3, 5. 7-12 | Romanos 8, 28-30 | Mateo 13, 44-52

Con este domingo se cierra un capítulo hermoso del Evangelio de San Mateo sobre las parábolas de Jesús. El largo capítulo puede decirse que se cierra con estas palabras de Jesús, sentado ante sus oyentes: “¿Habéis entendido todo esto?”. Curiosamente, la respuesta fue un fuerte: “Sí”. No obstante, Jesús todavía “añadió” unas palabras, por si acaso.

“Un tesoro escondido”

Jesús era un tesoro escondido. Lo era Él y lo era todo lo que salía de su boca. No se escondió de sus oyentes, aunque solía apartarse largos tiempos y solitario para estar con su Padre y otros momentos recogerse con sus discípulos más íntimos, aunque se cayesen de sueño. Pero, en general, Jesús se hacía presente ante multitudes. Más bien las buscaba. Era una “perla”. Pero no siempre las perlas han logrado imponerse a todo. Las perlas no siempre triunfan. No obstante, otras veces se imponen.

Hacerse discípulo

Jesús no hablaba por hablar. Pero probablemente sabía que no entendían bien lo que les decía. Los oyentes se atrevían de vez en cuando decir que sí, que sí le entendían. Pero la verdad es que más frecuentemente las multitudes lo abandonaban y los “listos” se iban diciendo: “sobre esto, ya te oiremos otro día”. La “perla” que era Jesús no siempre se impuso a todos. La perla estaba para todos, pero no todos la querían. Su muerte es una prueba.

Los buscadores

El que busca encuentra. Dará muchas vueltas, se expondrá a veces a temeridades. Hará “idas y venidas”. Y hasta hay veces que se pierde. Pero el buscador termina generalmente encontrando lo que busca. El que busca a Jesús termina encontrando a Jesús, porque Jesús termina haciéndose el encontradizo. Y la “perla” brillará en quienes la buscan.

Vendedores

Los vendedores suelen tener olfato para vender. Es gente lista y percibe lo bueno y lo mejor. Y no se cierra a lo poquito que quizá tenía, para ganar y tener más y mejor. Y la alegría entrará en el buscador, entrará en su casa. Vale vender las pequeñeces de nuestra vida para aspirar a la grandeza de la vida de Jesús,

Para la semana: Jesús es la “perla” para tu vida. No lo dudes. “Vende” todo lo que tienes y esa “perla” será tuya. Y la alegría entrará en tu vida.