Han sido 14 días intensos e inolvidables, impregnados de fe y esperanza. Con su peregrinación y visita, Ntra. Sra. De Candelaria nos recuerda que ella es el mejor camino que conduce a Jesús. Miles de personas de toda condición y edad se han acercado a la Virgen para ofrecer su acción de gracias, petición y oración. Tanto creyentes de fe madura como otros inmersos en la religiosidad más popular han tenido la oportunidad de hablar con ella y contarle sus alegrías y sus penas. María, candela de esperanza, siempre es un reclamo, un consuelo y un faro. He sido testigo de testimonios conmovedores, sensibles y de agradecimientos profundos. Ha sido una visita pastoral muy singular cuyos frutos nos deben movilizar hacia otros para llevarles la luz que nos regala María. Para dar esplendor a este evento, hubo un extenso y variado programa de actos culturales y religiosos, convirtiendo a Santa Cruz y a la iglesia de La Concepción en el centro de peregrinación insular por unos días.
Con los reclusos
Fue una mañana muy emotiva y simbólica. Es la primera vez que se produce este encuentro cuyos mantenedores fueron los capellanes y el obispo, con palabras de aliento y esperanza para los cerca de 1.000 internos que hay en los 8 módulos de Tenerife II. Durante unas cinco horas pasaron ordenadamente delante de la imagen para ofrecer su plegaria, sus canciones o algunos presentes elaborados con cariño y esmero. Cargaron a la Virgen en procesión interior junto a los funcionarios y personal voluntario. Percibí una amalgama de lágrimas y deseos en un entorno donde la libertad es un sueño y la esperanza una constante siempre viva. Emocionante.
José Fernando Rodríguez
