En este momento estás viendo EL NUEVO ROSTRO DE DIOS

“El Señor te bendiga y te proteja,

ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.

El Señor te muestre tu rostro y te conceda la paz”.

(Números 6, 22-27)

Este texto que se proclamará el día 1 de enero es una hermosa oración de bendición para terminar y comenzar el año con buen pie, una buena oportunidad para renovar en nosotros la imagen que tenemos de Dios. Su palabra es capaz de hacer todas las cosas nuevas, como hizo en la Creación, cuando se dedicó a «decir»: Dijo Dios: − «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.» … Y los bendijo Dios y les dijo: Creced, multiplicaos, … Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno. Desde el principio Dios empezó bendiciendo; también para nosotros es bueno empezar el año renovando este rostro de Dios, dejando a un lado ese otro Dios viejo, gris, lleno de normas, de prohibiciones… incapaz de reconocer que acampó entre nosotros en un pesebre escondido, en medio de la noche. No es un Dios lejano ni escondido, ajeno a nuestras preocupaciones familiares, laborales, políticas, sino que es un “Dios-con-nosotros”, Aparquemos nuestras ideas preconcebidas y nos dejemos sorprender por ese rostro de Dios, igual que se sorprendieron aquellos pastores de Belén. Nuestro Dios tiene necesidad de nosotros porque pasa frío y hambre y por eso nos necesita. Aprendamos a descubrir el Dios que nos habla y se siente cómodo con nosotros, en medio de nuestras penalidades. Déjate sorprender por Él. Quédate con Él. ¡Que tengas buen año!

Ángel F. Mellado