En el umbral la fiesta del Carmen felicitamos, en primer lugar, a María por su presencia en nuestra vida, por ser madre, hermana, patrona, protectora, compañera en todos nuestros caminos, dondequiera que estemos y por perdidos que nos sintamos, madre de un nuevo nacimiento, maestra de caminos insospechados, de reconciliación, del hogar y de la esperanza… ¡Felicidades, María, Virgen de todos los carmelitas, de esta gran familia de tus hijos e hijas! ¡Llévanos de la mano y encamínanos por las sendas de la verdad y del deseo de Dios!
Nacimos junto a una fuente que sigue manando en el Carmelo, y tu presencia ha sido siempre para nosotros, incesantemente y contra toda dificultad, el reencuentro con la Fuente. En esta hora de nuestra comunidad, de nuestra Provincia, de la Orden y de la Iglesia en la que nos sentimos pequeños, tu mano, tu mirada, tu protección nos llena de alegría y de fortaleza, para enfrentar todo desaliento, para decir SÍ, para ofrecer y entregar la vida sin esperar a mañana, en tu amparo.
Felicidades, Madre y Señora nuestra, hermana y compañera… Despiértanos y condúcenos. Restaura nuestra comunidad, nuestra familia, y enséñanos a querernos y a bendecir con nuestra entrega lo que está para nacer en cada uno y en cada fraternidad. A nuestras hermanas las carmelitas descalzas, a cada una; a todas las comunidades del Carmelo Seglar, a cada uno de sus miembros; a toda la gran familia que somos… a cada una de nuestras comunidades de frailes, llévanos, y regálanos la esperanza de los humildes y la valentía de los que confían contra toda dificultad.
¡Feliz Fiesta del Carmen!
Miguel Márquez Calle OCD