En la Edad Media fue muy común llamar a la Virgen María “stella maris”, la estrella del mar. Los carmelitas a la vez que llamaban a María la “Flor del Carmelo” la invocaban como la “Estrella del Mar”. Así se dirigió a la Virgen San Simón Stock para pedirle la protección sobre los carmelitas:
Flor del
Carmelo Viña
florida ,
esplendor del cielo, Virgen fecunda,
singular. ¡Oh Madre tierna, intacta de
hombre, a todos tus hijos proteja tu
nombre, Estrella del Mar!
Como Estrella del Mar es conocida la Virgen del Carmen por los marineros. En el siglo XVIII, la marina española la cogió como patrona. A lo largo del siglo XIX también los pescadores toman a la Virgen del Carmen como patrona.
Son muchos los escritores que mencionan a la virgen del Carmen como Estrella del Mar, por ejemplo, Pascasio Radberto monje, quien en el siglo IX escribía que María es la Estrella del Mar a la que debemos seguir con nuestra fe y comportamiento mientras damos tumbos en el mar proceloso de la vida. Ella nos iluminará para creer en Cristo nacido de ella para salvación del mundo.
San Bernardo, el gran impulsor de la devoción mariana en el siglo XII, dedicó a la Virgen, invocada como Estrella del Mar: Si el viento de las tentaciones se levanta, si el escollo de las tribulaciones se interpone en tu camino, mira la estrella, invoca a María. Si eres balanceado por las agitaciones del orgullo, de la ambición, de la murmuración, de la envidia, mira la estrella, invoca a María. Virgen del Carmen, Estrella del Mar, ruega por nosotros. Amén.
Ángel F. Mellado