La Infancia Misionera contempla este año a Jesús camino de Egipto. María y José tienen que emigrar a otro país como tantos emigrantes, refugiados y forzosos de nuestros días. ¡En marcha!, es la voz de la Sagrada Familia para ponerse en camino, como tantos misioneros que se ponen de camino para llevar esperanzas a muchos corazones desgarrados, víctimas del hambre y de la marginación.
Los niños, pequeños misioneros, necesitan grandes referentes para ponerse también en marcha, de camino a la misión, y el gran misionero es Jesús, que fue enviado por el Padre para hacer el bien a todos los hombres; luego está María, la primera misionera, siguiendo siempre los pasos de Jesús, incluso me atrevería a decir que fue la primera misionera antes que Jesús, pues cuando aún tenía a Jesús en su vientre se puso en camino y fue a un pueblo de Judá a visitar a su prima Isabel. Otro gran misionero es San Francisco Javier que salió de su tierra y fue el gran misionero de la India y del Japón; y la gran Teresa del Niño Jesús que sin salir del convento fue misionera con su oración y sus sacrificios, llegando hasta las tierras más lejanas haciendo oración: «Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada lanzada hacia el cielo, un grito de gratitud y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría».
Con los niños misioneros, pongámonos¡en marcha! en camino con la mirada puesta en tantas personas que piden nuestra presencia amiga, nuestro apoyo incondicional, nuestro espíritu de solidaridad, siempre alentados por Jesús.
Ángel F. Mellado