“Sí, pero id a misa los domingos” Es una frase que pronunció el Papa Benedicto XVI con motivo de la XX Jornada Mundial de la Juventud en la ciudad de Colonia en el año 2005, ante el millón de jóvenes que le aclamaban, unas palabras del Papa Benedicto XVI que resonaron y quedaron para la posteridad. Recordemos la frase que les dijo a los jóvenes entre aplausos y el entusiasmo que le demostraban: “Sí, pero id a misa los domingos”. La misa es la fuente y cima de toda la vida cristiana, nos enseña Lumen Gentium, Constitución dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II.
La Eucaristía significa y realiza a comunión de vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios por las que la Iglesia es ella misma. En este sacramento el Señor se hace comida para el ser humano ambriento de verdad y libertad. La persona cristiana formada en la escuela de la Eucaristía vivirá con intensidad y coherencia su compromiso en el mundo. Por eso es tan importante la Eucaristía, la misa de los domingos. No nos engañemos, la persona católica que deja de ir a misa, pronto encontrará dificultades y terminará por abandonar su vida cristiana. Todas estas cosas tan elementales las expuso magistralmente Benedicto XVI en su Exhortación apostólica “Sacramentum caritatis” (“Sacramento del amor”). Se trata de un documento para leerlo detenidamente, para llevarlo a la oración y para renovar el amor y la veneración por el sacramento de la Eucaristía.
Ángel F. Mellado