Isaías2, 1-5 | Romanos13, 11-14º | Mateo 24, 37-44
¡Hermosas palabras las del profeta Isaías! Las proclamamos en el primer día del año litúrgico 2023. El domingo pasado cerrábamos el año litúrgico 2022 proclamando a Jesús como Rey. No lo pareció en muchos momentos del año litúrgico, pero lo era. Era un Rey con un reino peculiar: “reino de la verdad y la vida, reino de la santidad y la gracia, reino de la justicia, el amor y la paz”. Era un reino/Rey que no lo parecía: crucificado y resucitado. De tejas abajo se podría decir: “eras un rey muy especial”. ¡Y tan especial! Es más: eres un Rey único.
Lo fue desde el principio. No lo parecía a lo largo de su vida, comenzando por su niñez: sus padres…, su infancia desde un pesebre… Nadie diría que aquel iba para Rey. Pero lo fue, nada menos que desde la Cruz.
Tiempo de Adviento
El año litúrgico se recorre todos los años desde la Encarnación de Jesús hasta su Resurrección. Es un “recordatorio” lleno de presencias. Todos los años se aprende algo nuevo. No es un “recordatorio” cualquiera. Y terminada una caminata, se emprende otra. Esta primera caminata se llama “adviento”, venida, venida siempre nueva, no repetición cualquiera.
Primer paso de Adviento
Puede llamar la atención que este primer paso del año litúrgico se centre en el final. No obstante, este modo de proceder es normal. El comienzo y el término se unen.
Este modo de proceder es común y tiene ya muchos años. No hace más que “copiar” lo que ha hecho siempre la historia y sigue haciéndola en cualquier caso. Los antiguos romanos, y con ellos toda la historia, enseña: “En todo lo que hagas, mira siempre el final”. Es un axioma. Sólo el Don Juan se atrevía a decir: “Largo me lo fiais”.
Segundo paso de Adviento
Adviento es corto. Un mes escaso. Tiempo suficiente si se camina a buen paso. Nuestro tiempo tiene la experiencia de la prisa. Los buenos caminantes no suelen perder el camino. Y en poco tiempo alcanzan lo que les espera a largas distancias. Con todo, se da también la experiencia de la pérdida del tren o el avión. Si despertaran nuestros antepasados, no se lo creerían. Dirían: “cuanto más se tiene, más se quiere”. Es también un adagio que nos ayuda para vivir.
Para la semana: “Caminemos a la luz del Señor”. Adviento en corto. Vivámosle con la ilusión de la esperanza. Que Navidad, Año nuevo, Reyes, etc. no apaguen Adviento.