Estamos a punto de comenzar un nuevo curso pastoral en la vida parroquial, preparándonos para comenzar las actividades en los colegios y en las parroquias. Un curso condicionado por el ambiente social lleno de incertidumbre por la crisis del coronavirus.
Muchos padres y madres se plantean si llevar a sus hijos al colegio y a la parroquia por miedo al contagio. En este sentido, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha pedido la colaboración de todos. “Todos estamos llamados a colaborar”. Y ha pedido “que el miedo no nos paralice, ni el echarnos las culpas unos a otros nos distraiga”, animando a trabajar por el bien común, refiriéndose a los colegios.
Me parecen adecuadas estas palabras aplicadas también a la vida parroquial, es necesario que todos arrimemos el hombro, que cada uno ponga ese poquito de bueno que hay en su vida, el dueño de la viña lo tendrá en cuenta. La parroquia nos ofrece la celebración de la Eucaristía, el anuncio de la Palabra de Dios, la práctica de los sacramentos, el ejercicio de la caridad. Formando parte de la parroquia, hemos de preguntarnos: ¿qué hacemos nosotros por los demás? ¿en qué puedo servir y ayudar?
No dejemos pasar este tiempo de gracia que nos toca vivir, tiempo de siembra, y pedir que el Señor mande la lluvia de su gracia para regar nuestros campos resecos por el hastío del calor y haga crecer el Reino entre nosotros. Él nunca defrauda ¿a qué esperas?
Anímate para servir a Dios en tu parroquia. Buen tiempo de siembra. Comencemos siempre de bien en mejor.
Ángel F. Mellado