Desde la fe. El papa Francisco, en el men-saje de Cuaresma, nos dice que acoger y vivir la Verdad que se nos manifestó en Cristo significa dejarse alcanzar por la Pa-labra de Dios… La Cuaresma es un tiempo para creer, para recibir a Dios en nuestra vida y dejarle “poner su morada” en nosotros.
Desde la esperanza. En estos tiempos que estamos viviendo, de fragilidad y de incer-tidumbre, hablar de esperanza es como una provocación. La Cuaresma es una oportunidad para “decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan”. A veces para dar esperanza, basta con ser “una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia”.
Desde la caridad. Es tiempo para vivir también una Cuaresma de caridad, cuidando a quienes se sienten en condiciones de sufri-miento, abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID-19. Ante la incerti-dumbre sobre el futuro, recordemos la palabra que Dios dirige a su Siervo: “No temas, que te he redimido” (Isaías 43,1). Que nuestra caridad sea una palabra de confianza, para que el otro sienta que Dios lo ama como a un hijo.
El papa Francisco concluye su mensaje recordando que “cada etapa de la vida es un tiempo para creer, esperar y amar”.