En este momento estás viendo JESÚS RESUCITADO, BUEN PASTOR

Hechos 2, 14ª.36-41 | 1ª Pedro 2, 20b-25 | Juan 10, 1-10

 

Hemos vivido la tragedia de la muerte de Jesús que acaba en gloria. Jesús resucitó, está vivo. Y se fue apareciendo a sus íntimos, no sólo a los apóstoles. Un buen pastor los guía, acompaña y defiende. Porque él sabe que todavía quedan “ladrones y salteadores”, pero también sabe que quedan en el mundo “ovejas” que no los escuchan.

El resucitado seguía hablando en parábolas.

 Es necesario entender y retener lo que significa la parábola, porque el resucitado también sabe hablar en parábolas. De lo contrario parecería que Jesús hablaba en chino. Basten estas palabras para describir lo que es una parábola: “Narración de un suceso fingido del que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral”.

En cualquier situación, tanto los seguidores de Jesús como sus enemigos y sus indiferentes, también Jesús en su condición de resucitado se movía y hablaba. Les seguía hablando en parábolas, pero también ahora tuvo que ver que no le entendían: “ellos, dice el evangelio de este domingo, no comprendieron lo que quería decir”. Seguramente nosotros nos habríamos desesperado. Queremos que nos oigan y entiendan cuando lanzamos cuatro palabras, y esas mal.

 Jesús no se rendía.

 “Entonces Jesús dijo”. Las ovejas seguían allí. Jesús suponía que sus discípulos conocían bien a las ovejas. Jesús hablaba en parábolas, un lenguaje comprensible para sus oyentes, aunque no siempre ni “a la primera”.

 “Yo soy la puerta de las ovejas”.

 Jesús resucitado no tenía reparo en escoger para sí un nombre de poca monta: “yo soy la puerta de las ovejas”. Podría parecer poca cosa y peligrosa. Sin embargo, Jesús no lo entendía así. Y sobre todo sabía que sus oyentes podrían entenderle, aunque quizá no todos. Como parecería raro, Jesús repite: “yo soy la puerta”. Y pocas expresiones tan breves y tan significativas: “si uno entra por mí, estará a salvo”. Jesús le acompañará y será amigo suyo. ¿Queremos más?

Jesús resucitado no obstruye nuestra libertad

Jesús da un paso ulterior. Quien le sigue, no solo “estará a salvo”, sino también “entrará y saldrá y encontrará pastos”. Y estos serán abundantes. No morirá de hambre ni se dejará vencer por “ladrones y salteadores”.

asegura (quizá eran necesarias estas palabras que siguen, porque son muy importantes): Si uno entra por mí…  No le basta con decir que está a salvo. Podría pensarse que encierra y ata a quien le escucha. Pero no es así. Todo lo contrario: amplía libertad: “entrará y saldrá y encontrará pastos”. Todo lo contrario: tendrá pastos y la guiará “el buen pastor”.

 Para la semana: el que resucitó con Cristo, tendrá buenos pastos y mejor pastor. No tiene que temer, aunque no le falten “ladrones y salteadores”.