Santa Teresa de Calcuta puede ayudarnos a vivir a ritmo de María este mes e incluso toda la vida entera: “Nuestra Señora -decía Santa Teresa de Calcuta- me acompaña en todos los viajes; la llamo mi Compañera desde que un día, en Berhampur, le dije a nuestro capellán que me regalase una imagen de María Milagrosa con las manos abiertas, derramando gracias sobre el mundo. Aceptó encantado, embaló la imagen y la llevó a la estación. Era una imagen muy grande, casi de tamaño natural, así que el jefe de estación quería que la facturase y pagase la correspondiente tarifa. Pero yo tenía un pase en los ferrocarriles para mí y una compañera, así que le dije: esta es mi compañera…, y me dejó viajar con la imagen sin pagar nada por ello. Desde entonces, la Virgen me acompaña siempre en mis desplazamientos por la vida. Nunca viajo sola”. Ahora, es una buena oportunidad para mirarla y contemplarla, reconociendo que es alguien importante en mi camino, que es un regalo tenerla por Madre, que ella me guía, y que puedo dejar en ella mis preocupaciones de cada día.
Quiero caminar contigo María. Tú María, que acogiste a Jesús y nos acoges a nosotros con ternura, que sonreías a Jesús y nos enseñas a sonreírle en cada momento de nuestra vida, que te dejas sorprender por lo sencillo y pequeño de cada día. También yo, como tú, quiero mirar a Jesús con sencillez, contarle lo que hay en mí, mis preocupaciones y alegrías, compartir con Él lo poco o mucho vivido cada día. Llévame de la mano, junto a ti María.
Ángel F. Mellado