El Papa Francisco pide oración y ayuno por la paz en Ucrania: «Jesús nos ha enseñado que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra».
Acabamos de iniciar el camino cuaresmal que nos conducirá hacia los acontecimientos centrales de nuestra fe: Pasión-Muerte-Resurrección de Jesucristo. La Iglesia nos recomienda que lo hagamos a través de la Oración, el Ayuno y la Limosna, y en clave de búsqueda de la paz.
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- Dejando a un lado las cosas vanas, inútiles, lo superfluo, para ir a lo esencial, ayunando de comida, de gastos, de viajes, de vestidos, lecturas, noticias, relaciones, televisión, espectáculo, para ir a una vida personal, desde dentro; lo contrario, justamente, de una vida masificada y automática, que elige desde fuera.
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- Intensificando la oración hace que el hombre, que hace posible la vuelva a Dios, le mire y contemple, le escuche y le hable, lea sus palabras y las medite. Rezando, para alcanzar la paz del corazón y la concordia entre los hombres y los pueblos.
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- Practicando la limosna, que hace que el cristiano se vuelva al prójimo, le conozca, le ame, le escuche, le dé su tiempo y su atención, y le preste ayuda, consejo, presencia, dinero, casa, compañía y afecto.
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- Ayuno, oración y limosna se necesitan mutuamente y nos capacitan para ser constructores de la paz, porque solo los generosos, aquellos que tienen verdadero amor a su prójimo, saben construir puentes de concordia entre los hombres y las naciones.
Ángel F. Mellado
Imagen de portada de aciprensa.com